El Palacio de Kensington es uno de los grandes símbolos de la monarquía británica. Esta construcción ocupa un apartado muy especial en la historia del Reino Unido pues fue el lugar donde nació la Reina Victoria así como la última residencia de la Princesa Diana de Gales.
Así es como detrás de sus muros se esconden grandes historias y secretos de alcoba que la monarquía guarda con recelo. Construido hace más de 300 años como hotel para el Conde de Nottingham, muy pronto fue adquirido por Guillermo III y desde entonces se ha transformado en el hogar de los reyes y príncipes ingleses.
Entre sus principales atractivos, se encuentran el dormitorio en el que se le comunicó a la por entonces princesa Victoria que era reina, la Sala de la Cúpula, bajo la cual se bautizó a la princesa Victoria y la Galería del Rey, un lugar en donde se atesoran grandes objetos, entre ellos una fabulosa colección de pinturas del siglo XVI, un reloj de viento y la colección real de trajes de ceremonia.
Otro de los grandes atractivos del palacio son sus jardines,hermosos y perfectamente cuidados. Kensington cuenta además con un restaurante con terraza en donde se pueden degustar los mejores té de Londres.
Vía: London net